El Quirófano y su Estructura


El área quirúrgica se divide en varios sectores:
Área no restringida
Permite el acceso en ropa de calle. Suele ser un pasillo que comunica con la zona de quirófanos, generalmente con los vestuarios o con algún punto de control.
Queda separado de la circulación principal del hospital y de los ascensores generales, así como los de otras áreas quirúrgicas.
Área semirrestringida
Exige indumentaria quirúrgica y gorro para evitar la diseminación de microorganismos, por lo que el paso está limitado al personal autorizado. Incluye pasillos de acceso a los quirófanos, almacenes y salas de servicio (áreas de descanso, limpieza, etc.).

Área restringida
Además de lo anterior, ante la presencia de campos estériles abiertos o personal lavado debe llevarse mascarilla.
Esté área corresponde a los quirófanos, antequirófanos, salas de lavado (de personal y de instrumental) y área estéril (donde se localiza el material estéril). Todas estas dependencias deberán estar señalizadas adecuadamente con información clara sobre la vestimenta requerida. Los pacientes, en la medida de lo posible, entrarán duchados, con ropa limpia y gorro (con mascarilla sólo en caso de ser portadores de enfermedad infecciosa de transmisión aérea o inmunodeprimidos); las visitas (familiares, intérpretes, vigilantes personales de mantenimiento, estudiantes, etc.) necesitarán autorización expresa y vestirán la indumentaria adecuada con cobertura de calzado incluida.

Áreas restringidas. Quirófano
El quirófano es el área restringida por excelencia. Su estructura geométrica varía de unos centros a otros (predominando la planta rectangular y cuadrada) y lo mismo ocurre con sus dimensiones (se recomiendan unos 36 m2 con una altura de unos 3 m). En general, no deben ser ni tan amplios que supongan desplazamientos excesivos para el personal circulante, ni tan pequeños que dificulten la circulación, siendo a veces el propio uso el que determine este factor.

Medio ambiente
Existen una serie de parámetros que van a favorecer el mantenimiento de la asepsia en el quirófano, además de establecer unas condiciones de seguridad que minimizan los riesgos potenciales que podemos encontrar en este espacio.

Temperatura
Debe oscilar entre los 20-24° C, temperatura confortable para el personal y el paciente, pero al mismo tiempo útil para inhibir el crecimiento bacteriano.

Humedad
Se recomienda una humedad relativa de un 50 a 60%, controlada a nivel centralizado. Valores menores favorecen una mayor concentración de bacterias en el polvo del espacio quirúrgico y aumentan el riesgo de acumulación de electricidad estática; valores mayores pueden humedecer el material estéril, contaminándolo y fomentando el crecimiento fúngico.

Ventilación
Interviene de forma directa en el mantenimiento de la asepsia (aunque la contaminación ambiental no deje de ser un tema polémico) y previene de la acumulación de gases anestésicos. Lo habitual es encontrar un sistema de ventilación autónomo para los quirófanos, que realiza unas 15-20 renovaciones por hora, sin recirculación de aire (lo toma del exterior al 100%) o con sistema de recirculación, el cual ha de renovarse tres veces con aire exterior.

Iluminación
Los quirófanos disponen de un sistema de iluminación general a través de bombillas fluorescentes blancas y de un sistema de iluminación para el campo quirúrgico mediante lámparas de luz halógena.

Suelos, paredes y techos
El material utilizado en cualquiera de estas superficies debe ser ignífugo, no poroso, impermeable, sin uniones, no reflectant3s a los agentes desinfectantes y fácil de entender limpiar.

Puertas
Deben tener suficiente amplitud para permitir el paso de camas especiales, aparatos de rayos, etc., siendo preferibles las correderas frente a las batientes (Ver Imagen 4), ya que producen menos turbulencias en el aire y evitan golpes contra las personas o el mobiliario (la normativa contra incendios exige que ofrezcan la opción de apertura batiente).

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