Administración de medicamentos por Vía Subcutánea o Hipodérmica


Es la técnica que consiste en administrar un fármaco en el tejido subcutáneo (tejido conectivo laxo y tejido adiposo situados bajo la piel) del paciente atravesando la piel con una aguja. Consiste fundamentalmente en inyectar soluciones o suspensiones medicamentosas de pequeño volumen 0,5-1 hasta 2ml.

Una inyección subcutánea es la mejor manera de administrarse ciertos medicamentos, como:

  • Insulina
  • Anticoagulantes
  • Fármacos parala fecundidad
  • Vacunas

 

Objetivos:

Proporcionar al paciente el tratamiento prescrito administrando un fármaco por vía subcutánea.

Indicaciones:

  • Está indicada el uso de esta vía, cuando está contraindicado el uso del tracto gastrointestinal en las siguientes ocasiones:
  •       Medicamentos cuya absorción sea más efectiva por esta vía que por cualquier otra.
  •       En aquellas ocasiones que se prefiera administración parenteral con efecto mantenido.

Contraindicaciones y Precauciones:

  •      Se debe obtener información acerca del estado de salud del paciente, alergias, tratamientos que esté recibiendo que pudieran contraindicar la técnica. 
  •       La prescripción médica tiene que estar convenientemente detallada con el nombre del fármaco, el del paciente, la dosis, la vía y la hora, así como la firma. 
  •       Es necesario obtener toda la información referente al fármaco que se va administrar, la dosis prescrita, la frecuencia con la que debe administrarse, la caducidad y las posibles interacciones con otros fármacos o tratamientos.
  •      Tener en cuenta el estado de las zonas susceptibles para efectuar el depósito del fármaco, llevando a cabo previamente la inspección y palpación de las mismas en busca de hematomas, edemas, induraciones o signos de infección, lo cual sería señal de que no es una zona apta para el pinchazo.
  •     Cambie el sitio de aplicación de una inyección a la siguiente. Esto mantendrá su piel saludable y ayudará al cuerpo a absorber bien el medicamento.
  •       Una vez que se ha accedido al tejido subcutáneo y antes de introducir el fármaco excepto la heparina, hay que tener precaución de aspirar para que no salga sangre, es decir, de que no se está en una vía vascular, ya que se podría administrar el fármaco directamente al torrente sanguíneo.
  •       La heparina siempre será administrada en la zona abdominal y no es recomendable aspirar, ya que al hacerlo se aumenta la posibilidad de producir equimosis, en todo caso las dosis de heparina para inyección subcutánea no son peligrosas aunque se administren accidentalmente en vía venosa.
  •       El tejido subcutáneo es sensible al dolor, por lo cual solo se inyectaran preparados farmacológicos de poco volumen, no más de 2ml, y que no sean irritantes.
  •       Si el paciente fuese muy sensible al dolor, o éste le provocará reacciones vagales con facilidad, se podría aplicar hielo local antes del pinchazo, ya que disminuye la sensación del dolor.
  •       En pacientes a los que se administre medicación subcutánea de manera crónica (insulina) se debe rotar la zona de inyección para evitar lipodistrofias.
  •       Tras administrar la medicación, no se friccionará la piel para no aumentar el riesgo de hematomas ni acelerar la absorción del fármaco.
  •       Si se van a usar medicaciones con jeringas precargadas, habrá que seguir las instrucciones del fabricante.

Información al paciente:

      Se le informará detalladamente la técnica que se va a realizar, porque se va a llevar a cabo y las precauciones posteriores que se deben tener según el fármaco inyectado.

      Se le advertirá de la sensación de dolor o escozor que puede experimentar.

      Se le comunicarán las posibles zonas en las que se puede realizar la técnica para que pueda participar en la elección que le resulte más cómoda.

      Si fuese a necesitar la administración de una medicación de manera crónica, como por ejemplo de insulina, se le enseñará  a él y a su familia, para favorecer su autonomía, la técnica de la inyección subcutánea, así como la importancia de llevar a cabo una rotación en las zonas de punción. 

Preparación

Del material:

      Prescripción médica firmada

   Fármaco prescrito

     Sierra para abrir ampollas

    Guantes no estériles

     Batea

     Gasas

     Jeringas

     Aguja de carga, Aguja para acceso subcutáneo de 1,6 a 2, 5 cm, Calibre de 24 a 27G

     Algodón

     Antiséptico

     Contenedor para el desecho de material punzante

Del paciente:

     Se promoverá su intimidad

    Una vez elegida la zona en la que se realizará el acceso, se le situará en la posición más adecuada, estas son:

Zona periescapular: de pie o de cubito prono

Zona superior externa del brazo: de pie o sentado

Zona periumbilical: sentado o decúbito supino

Zona de la cresta iliaca: sentado o en decúbito supino

Zona anterior y lateral externa del muslo: sentado o en decúbito supino

Zona superior y lateral de los glúteos: de pie o en decúbito prono

      Pedirle que relaje la zona de inyección.

      Desinfectar la piel.

 

Tipos de Medicamentos que se administran por Vía Subcutánea

Las formas de administración más comunes por esta vía es la inyección de una solución (siendo las más utilizadas) o suspensión medicamentosa, existiendo también la posibilidad de implantar formulaciones sólidas, pellets de liberación sostenida en el tiempo y controlada, bajo la piel.

 

Zonas para la Administración de Medicamentos por Vía Subcutánea

Las zonas para la administración de medicamentos por vía subcutánea son las siguientes: la zona periescapular, zona superior externa del brazo, zona periumbilical, zona de la cresta iliaca, zona anterior y lateral externa del muslo y la zona superior y lateral de los glúteos. De estas zonas las más utilizadas y recomendadas son las siguientes:

      Zona superior externa del brazo:

     Tercio medio de la cara externa del muslo

     Zona periumbilical

Realización del Procedimiento:

 


Posibles Complicaciones:

      Si al aspirar antes de introducir la medicación, aparece sangre en la jeringa: habría que sacar la aguja, cambiarla y elegir otra área de inyección.

      Si el paciente se mueve durante el procedimiento: tendría que aspirar de nuevo para ver si con el movimiento se ha canalizado accidentalmente algún vaso sanguíneo.

      Es normal que aparezca una sensación de dolor, para evitarlo en la medida de lo posible se administrará el fármaco de manera lenta. Reacción vagal por el dolor, si fuese necesario, se abandonaría la técnica y se colocaría al paciente en posición de Trendelemburg.

      Si hay sangrado en la zona de punción, puede ocurrir sobre todo en pacientes tratados con anticoagulantes. Para solucionarlo se presionará en la zona hasta que haya cesado

Cuidados Posteriores:

      Valorar el estado del paciente al acabar la técnica y 15 o 30 minutos después por si pudiese aparecer alguna reacción inesperada, como podría ser una reacción alérgica o vagal. Informar de las reacciones posteriores que puede experimentar según el tipo de fármaco administrado.

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