Qué
es VIH
El VIH es el agente infeccioso
determinante del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y se incluye en
el género lentivirus de la familia Retroviridae.
El VIH está integrado por una envoltura y
una cápside proteica. El VIH es un virus ARN con la capacidad de copiarse a ADN
e integrarse en el genoma de la célula que infecta. La envoltura contiene
proteínas que se unen de forma específica con proteínas de la membrana de las
células susceptibles de ser infectadas, específicamente receptores CD4 que
tienen los linfocitos y los macrófagos. El mecanismo por el cual el ARN del
virus se copia a ADN se realiza utilizando la enzima transcriptasa inversa.
Sida es un acrónimo que significa síndrome de
inmunodeficiencia adquirida. Es el conjunto de manifestaciones
clínicas en el organismo derivadas de la pérdida de las defensas, secundaria a
la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Es
la expresión final de la enfermedad, caracterizada por la presencia de
infecciones oportunistas y/o de ciertos tumores.
Los primeros casos de sida se detectaron en 1981 en Estados Unidos,
aunque probablemente existiera en otras partes del mundo en fechas anteriores.
Los científicos establecieron en 1984, que el sida es la enfermedad
causada por el VIH (en ingles HIV), un virus
indestructible hasta el momento, que se transmite de una
persona a otra a través de la sangre o por
contacto sexual.
Causas
La causa es la infección por el
VIH, virus que se trasmite por vía sanguínea, sexual y por la leche materna.
En concreto, el virus del sida se transmite a través de la sangre, el semen (incluido el fluido
preseminal o previo a la eyaculación), así como el fluido vaginal y la leche materna. El VIH puede introducirse en el
organismo por el recto, la vagina, el pene, la boca, otras mucosas, como el interior de la
nariz, o directamente a través de las venas. Las vías de contagio más frecuentes son:
·
Por relación sexual (vaginal, oral u anal) con una persona infectada por el VIH.
·
Al compartir agujas, material de inyección o de consumo de
drogas.
·
Por la llamada transmisión vertical (de madre a
hijo).
·
Ser receptor de una transfusión de sangre o de un
producto hemoderivado
Sin embargo, el virus del sida no
se transmite
·
Por el aire ni por el agua.
·
A través de animales o insectos
(como los mosquitos).
·
Por compartir los cubiertos, las
servilletas, los aseos o cualquier otro instrumento que no implique contacto
sanguíneo o de fluidos sexuales.
·
Por las heces, el fluido nasal,
la saliva, el sudor, las lágrimas, la orina o los vómitos, a no ser que estén
contagiados de sangre.
·
Por tocar, besar, acariciar o
abrazar a una persona infectada.
Síntomas
Los síntomas son muy variados y dependen del estadio de la enfermedad.
Cuando solo se está infectado por el VIH, pero no se ha desarrollado el sida,
lo más frecuente es estar asintomático o presentar herpes zóster o infección por cándida en
la boca. Una vez que la enfermedad se desarrolla, los síntomas se relacionan
con las infecciones o tumores que ocurren como consecuencia de la pérdida de la
función del sistema inmune.
La infección aguda curso como un cuadro gripal intenso con mucha
fiebre, cansancio y aumento del
tamaño de los ganglios.
De hecho, entre un 50 y un 90 por ciento de las personas que se han
infectado por el virus del sida experimentan síntomas similares a
un catarro o una gripe leve
(cansancio, fiebre, pérdida de apetito) que remite a los pocos
días. También pueden sufrir diarrea,sudoraciones nocturnas o aumento de los ganglios
linfáticos.
La única forma de saber que se ha contraído la infección es con una prueba
específica realizada por un profesional sanitario. Muchos VIH
positivos no manifiestan los síntomas de la infección hasta que han
transcurrido varios años; de ahí la importancia de conocer qué prácticas y
situaciones pueden determinar la infección y actuar consecuentemente.
Prevención
Para reducir el riesgo de contagio del VIH es necesario evitar las
relaciones sexuales de riesgo y utilizar métodos anticonceptivos
de barrera, como el preservativo, así
como no compartir agujas ni materiales para el consumo de drogas
inyectables.
En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejó por primera
vez el uso de fármacos antirretrovirales en personas sanas como
medida preventiva contra la infección. Esta recomendación, basada
en evidencias científicas, está indicada especialmente para la población de
mayor riesgo: hombres homosexuales jóvenes, que tienen muchas parejas y que no
siempre mantienen relaciones sexuales seguras.
Respecto a la prevención, los expertos de Gesida comentan que es muy
diversa. “Lo principal es diagnosticar a todas las personas infectadas
para ponerles el tratamiento y que, de esa manera, no contagien a
otras personas. Además, es esencial el uso de preservativo en las relaciones
sexuales con personas desconocidas y tratar a las madres infectadas y
embarazadas para que no contagien a sus bebés”.
Tipos
Existen dos tipos de VIH, explican desde Gesida: “El VIH-1,
mayoritario en todo el mundo y que es al que habitualmente nos referimos, y
otro tipo, el VIH-2 que se describe mayormente en
África Occidental. Al igual que el VIH-1, el VIH-2 se transmite por contacto
directo con líquidos corporales, como la sangre, el semen y los fluidos
vaginales infectados por el VIH o de una madre VIH-positiva al niño durante el
embarazo, el parto o la lactancia materna (por medio de la leche). Por lo
general, la infección por el VIH-2 lleva más tiempo en evolucionar a un cuadro
sintomático del VIH/sida que la infección por el VIH-1”.
No todas las personas infectadas por el virus presentan la enfermedad,
aunque la mayoría la acaba desarrollando. Lo más frecuente es que al cabo de
unos cinco o diez años, un infectado por el VIH padezca los síntomas de la
enfermedad si no ha recibido tratamiento. Aunque no existe cura
para erradicar al virus del organismo infectado, se
han elaboradouna serie de medicamentos
que pueden retrasar la aparición de los síntomas
patológicos.
Diagnóstico del VIH
Para determinar si una persona está
infectada por VIH se debe utilizar una serie de pruebas y algoritmos
establecidos según el comportamiento de la epidemia en cada país o región.
Asimismo, la OMS y los CDC han publicado recientemente recomendaciones que permiten
la detección temprana, mismas que se han puesto en marcha en algunos países desarrollados
donde se ofrece la prueba en todos los servicios de atención médica, eliminando
en ocasiones el consentimiento informado.
La selección de las pruebas se realiza
evaluando su sensibilidad y
especificidad para, finalmente, ser
combinadas y evitar el riesgo de dar un resultado erróneo.
La sensibilidad de una prueba se refiere a
la capacidad que tiene para
detectar los casos verdaderos positivos,
es decir, las personas que tienen la infección. La especificidad es la
capacidad de la prueba para detectar los verdaderos negativos, o sea, a los
individuos que no están enfermos.
El diagnóstico se hace a través de un análisis de sangre sencillo que
cualquier médico puede solicitar. La prueba
se puede realizar pidiéndola al médico de cabecera, en los centros de
prevención de enfermedades de transmisión sexual o en cualquier consulta de
cualquier médico. También se realiza en algunas farmacias o en ONG. La prueba
se puede pedir de rutina, por precaución, para hacerse una revisión, o cuando
se tiene algún problema de salud que puede ser debido al VIH.
En realidad,
esta prueba no busca la presencia del VIH, sino de anticuerpos que se han
producido para luchar contra el virus. Generalmente, el organismo tarda entre
un mes y seis semanas hasta que se producen suficientes anticuerpos para
registrarlos en una de estas pruebas, por lo que si se ha encontrado en alguna de las prácticas consideradas de riesgo es
conveniente esperar un periodo "de ventana" de tres meses antes de
someterse a la prueba del VIH. Estos análisis son muy sencillos de
realizar y permiten establecer con certeza si existe o no infección.
En los pocos casos en que pudiera quedar duda, se realizan pruebas
complementarias para confirmar el diagnóstico, como el Western blot. No
es necesario recurrir al cultivo.
La
determinación cuantitativa del ARN, denominada “carga viral” se ha incorporado
como prueba de rutina, pues es muy útil desde el punto de vista pronóstico y
para evaluar la eficacia del tratamiento. Permite un diagnóstico de la infección
más precoz que la detección de anticuerpos: estos no aparecen en sangre sino al
cabo de unas 4-6 semanas. Durante ese tiempo llamado período “de ventana”, el
análisis para detectar anticuerpos es negativo, pero el individuo transmite la
enfermedad.
Desde Gesida recuerdan que
se debe realizar la prueba del VIH:
•
A todas las
personas que lo soliciten.
•
Si está o
piensa quedarse embarazada.
•
Ante
cualquier sospecha de una exposición de riesgo por relaciones sexuales con
pareja VIH o que desconoce si tiene VIH.
•
Si ha
padecido alguna infección de transmisión sexual: gonococia o gonorrea, sífilis, clamidias.
•
Si tiene una
pareja estable y quiere dejar de usar el preservativo en sus
relaciones sexuales.
•
Si procede de
algún país de alta prevalencia de VIH (un porcentaje de personas infectadas en
la población mayor del 1 por ciento).
•
Si ha tenido
relaciones sexuales sin protección con personas de países de alta prevalencia.
•
Si usa o ha
usado drogas, inyectadas o no (también sus parejas sexuales).
•
Si es un
hombre que mantiene relaciones sexuales con hombres (HSH).
•
Si ejerce la
prostitución (mujeres, hombres y transexuales). También sus clientes.
•
Si ha sufrido
una agresión sexual.
•
Si presenta
signos o síntomas que le parece que pueden ser debidos a la infección por el
VIH.
Tratamientos
El tratamiento es una
combinación de tres medicamentos tomados una o dos veces al día de manera
continuada.
Las familias de fármacos
que se administran son las siguientes:
•
Inhibidores de la
transcriptasa inversa análogos de nucleósidos (Itian).
•
Inhibidores de la
transcriptasa inversa nucleótido (Itinn).
•
Inhibidores de la
proteasa (IP).
•
Inhibidores de la
integrasa, que se están consolidando como fármacos muy bien tolerados y
eficaces para el tratamiento de la infección.
Enfermedades oportunistas
Estas patologías engloban
un conjunto de enfermedades que, como su nombre indica,aprovechan "oportunamente"
la situación de bajas defensas de los pacientes VIH
positivos para introducirse en el organismo. En muchos casos, se trata
de enfermedades que no se desarrollarían si el sistema inmunológico no se
hallase mermado. Esto no significa que estas enfermedades sean únicamente
propias de una persona con VIH, hay muchas otras patologías además del sida,
que pueden dañar al sistema inmune. Como siempre, solo el médico puede
determinar el diagnóstico, que en este tipo de enfermedades requiere, junto con
el examen de los síntomas, un análisis de laboratorio. Algunas de las más
frecuentes son:
•
Neumonía por Pneumocystis carinii.
•
Tuberculosis.
•
Candidiasis.
•
Citomegalovirus.
•
Herpes.
•
Infecciones por Mycobacterium
avium (MAC).
Intervención
de enfermería en los tres niveles de atención
Durante la atención primaria la relevancia
de las medidas preventivas permite que los profesionales de enfermería realicen
funciones relevantes como:
·
Proporcionar educación para la salud a la
persona que vive con VIH, familiares y amigos.
·
Detección oportuna. Informar sobre
prácticas de riesgo a población vulnerable.
·
Promoción. Proporcionar información a la
persona que vive con VIH para mejorar su calidad de vida, así como medidas
preventivas de acuerdo con el estilo de vida dentro de un marco de respeto a la
diversidad sexual. Asimismo, informar y sensibilizar sobre la importancia de
comenzar un tratamiento antirretroviral y mantener la adherencia.
·
Referir para atención especializada.
Orientar y asesorar a la persona para que se integre a centros de información,
atención y apoyo.
·
Seguimiento. Reforzar la cultura del
autocuidado y atención ambulatoria.
En la atención secundaria: de personas con
VIH es necesario que el personal de Enfermería esté alerta ante la presencia de
enfermedades oportunistas, desarrollar un Proceso de Atención de Enfermeria
(PAE) de acuerdo con las necesidades de la persona, así como que verifique el
cumplimiento del tratamiento médico.
Respecto a esto último, para el
diagnóstico temprano la prueba de detección debe realizarse siempre previo
consentimiento informado y los profesionales de la salud garantizarán la
confidencialidad de los resultados.
Además es necesario un tratamiento
oportuno donde el personal de salud debe considerar la importancia de la
adherencia a éste con la finalidad de disminuir las infecciones oportunistas.
Algunas recomendaciones son:
·
Alternativas para apego real al
tratamiento.
·
Disponibilidad de medicamentos.
·
Horarios para la toma de medicamentos.
·
Indicaciones en el contenido de la dieta:
tipo de alimentos y líquidos.
·
Alternativas para el cuidado domiciliario.
·
Para limitar el daño el personal de
enfermería debe tener conocimiento de los internamientos y de las infecciones
oportunistas en cada uno de ellos, para tomar las medidas necesarias en cuanto
a la educación para la salud; esto permitirá realizar el plan estratégico para
cuidados en casa y la aplicación del PAE (Proceso Atención de Enfermería).
Además, es primordial que se cuente con la
colaboración de la familia para que se lleven a cabo los cuidados específicos y
la persona cumpla con su recuperación. La participación de la familia ha
demostrado ser eficaz en la evolución favorable y adherencia al tratamiento.
Ya en la atención terciaria o
rehabilitación la terapia física, ocupacional y psicológica favorece que la persona
se adapte a su situación actual y pueda valerse por sí misma.
Intervención
de enfermería en el apoyo emocional
Existe temor natural en relación con las
enfermedades y el SIDA es un ejemplo por sí mismo; esto da origen a
reacciones particulares y
diferentes a las surgidas según el
momento. Cuando se practica la
prueba y se obtiene un
resultado positivo, o en algunas
personas que serán diagnosticadas
en primera estancia en el hospital en el
centro de salud, este diagnóstico hace
surgir inquietudes inmediatas de cómo enfrentar el padecimiento.
La función de la enfermera es de suma importancia porque en la mayoría
de las ocasiones es el primer contacto; por lo tanto, es crucial una actitud
humana y saber escuchar de forma atenta
y respetuosa para ganarse la
empatía de la persona.
Así, los objetivos generales son:
·
Brindar
apoyo emocional temporal a la
persona afectada, a su pareja,
familiares y amigos
y canalizarlos con el servicio correspondiente.
·
Orientar y asesorar al paciente para una
atención integral.
Se ha documentado que el proceso de
aceptación emocional ante un resultado confirmatorio evoluciona de acuerdo con
la atención previa que haya tenido la persona.
Etapas
|
Actitudes del paciente
|
Acciones de enfermería
|
Negación
|
Etapa de crisis en que la persona NO ACEPTA la enfermedad y no desea hablar
de ella.
|
Deberá escuchar sin juzgar y esperar el
momento más oportuno para proporcionar orientación clara y precisa de la
enfermedad.
|
Rabia o enojo
|
Etapa en la que surgen sentimientos de
culpa y resentimiento, en que se pregunta “¿por qué a mí?”
|
Escuchará a la persona de una manera comprensiva,
para que externe
sus sentimientos, o mantendrá un
respetuoso silencio.
|
Negociación
|
La persona busca diferentes alternativas
de tratamiento (religión, homeopatía,
herbolaria, esoterismo
|
Observará con mayor precisión
el comportamiento de la persona a través
del diálogo continuo y mostrando disposición.
|
Depresión
|
La persona enfrenta la realidad y
devalúa su existencia, se encuentra desprotegida, temerosa y triste,
aprehensiva, lábil.
|
Enfatizará que la persona que vive con
VIH/SIDA es igual a los demás; debe motivarla y reforzar el valor de vivir.
|
Aceptación
|
Etapa en que la persona asume una
actitud proactiva ante su enfermedad y tratamiento.
|
Reforzará el conocimiento de
su enfermedad y la importancia del
desarrollo de sus actividades cotidianas, basados en su condición personal.
|
Estrategias para brindar apoyo a la persona
y la familia:
•
Difundir, educar y comunicar
a los integrantes de la familia
sobre signos y síntomas
de urgencia para evitar enfermedades oportunistas.
•
Sensibilizar y orientar a la familia para
eliminar el estigma y la discriminación.
•
Brindar educación higiénico-dietética fundamentada
en la condición socioeconómica y cultural de la persona.
•
Explicar la importancia de la adherencia
al tratamiento.
•
Apoyo tanatológico que incluye
cómo “ayudar a bien vivir”, es decir,
ofrecer apoyo, orientación y atención
al paciente para mejorar su
calidad de vida de acuerdo con sus necesidades.
Proceso
de Atención de Enfermería para las personas con VIH/SIDA en los tres niveles de
atención
La historia natural de la infección y la
terapia antirretroviral (TAR) han modificado el curso de la misma para una
supervivencia más amplia. Por ello, la intervención de la enfermera con un
enfoque integral (paciente, familia, comunidad) ha aumentado las funciones de
promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación. La aplicación del método
científico en la práctica asistencial de la enfermera se conoce como Proceso de
Atención de Enfermería (PAE), el cual le permite proveer cuidados de una forma
racional, lógica y sistemática. Como todo método, el PAE incluye un número de
pasos sucesivos que se relacionan entre sí.
Aunque el estudio de cada uno de ellos se
hace por separado, sólo tiene un carácter metodológico, ya que en la práctica
las actividades pueden ser al unísono.
Esta planificación se realiza en una
sistematización compuesta por cinco pasos:
1)
Valoración. Es la primera fase del Proceso
de Enfermería; consiste en la recopilación y organización de los datos que
conciernen a la persona, familia y su entorno. Son la base para las decisiones
y actuaciones posteriores.
2)
Diagnóstico de Enfermería. Es el juicio o
conclusión que se produce como resultado de la valoración de enfermería.
3)
Planificación. Se desarrollan estrategias
para prevenir, minimizar o corregir los problemas, así como para promover la
salud.
4)
Ejecución. Es la realización o puesta en
práctica de los cuidados programados y objetivos establecidos.
5)
Evaluación. Comparar las repuestas de la
persona y determinar si se han conseguido los objetivos establecidos.
Con base en los criterios taxonómicos
NANDA, NIC y NOC se han creado planes de cuidados que en la práctica diaria
reflejan los cambios en los resultados e intervenciones, así como la aparición
de nuevos diagnósticos, si los hubiera, a lo largo de la estancia hospitalaria
de cada paciente. Con ello se muestra la efectividad de las actividades de
enfermería, la actitud del paciente ante dichas intervenciones y el registro
eficaz de todo el proceso.
Lactancia materna
La madre seropositiva debe
sopesar el riesgo que supone amamantar al recién nacido -otra
de las posibles vías de transmisión-, aunque en los países subdesarrollados
puede que no exista otro medio de alimentación para el neonato. En estas
regiones la OMS aconseja la lactancia, aún con el riesgo de transmitir el VIH,
porque el efecto protector de la leche materna evita que el recién nacido muera
por otras infecciones. Si a pesar de las precauciones tomadas durante el
embarazo y el parto, el recién nacido acaba infectándose, el médico estudiará
el tratamiento que debe seguir.
Aproximadamente, el 20 por
ciento de los niños seropositivos desarrolla sida durante su primer año de vida
y fallece a los 4 años. El 80 por ciento restante experimenta una
progresión más lenta y no empieza a presentar los síntomas más graves hasta la
adolescencia, de hecho suelen tener un peso y un crecimiento normales, aunque
pueden aparecer problemas en el aprendizaje y ciertas capacidades motoras, como
caminar.
Los niños VIH positivos
sufren con mayor frecuencia que los no infectados enfermedades e infecciones
(infecciones oportunistas). Las más comunes son neumonías -la
principal causa de muerte entre los pequeños infectados-, citomegalovirus y una
enfermedad poco frecuente entre los adultos, la neumonitis intersticial
linfocítica, condición que merma progresivamente la función respiratoria -como
la neumonía- y a menudo requiere hospitalización.
Convivir con el sida
Los expertos de Gesida
destacan que las personas infectadas por VIH que siguen un tratamiento correcto
no contagian en la convivencia y no deben ser discriminadas ni rechazadas por
razón de esta enfermedad. Las únicas personas que ponen en riesgo
de contagio son las no diagnosticadas, las que no lo saben, y
sobre esto es sobre lo que hay que trabajar.
He aquí algunas
recomendaciones para prevenir infecciones y enfermedades en las personas
seropositivas:
·
Lávese las manos a menudo, con agua y jabón durante al menos 15
segundos, así evitará transmitirle gérmenes al paciente. Si sus manos se secan
puede utilizar cremas hidratantes, pero no deje de lavarlas. Sea especialmente
cuidadoso si tiene catarro o gripe.
·
Cubra sus heridas y cortes,
incida en las de las manos. Si tiene que curar alguna herida de la persona
infectada utilice guantes desechables. Empléelos también si tiene que limpiar
el cuarto de aseo o recoger las heces o vómitos de una persona seropositiva,
así como para lavar boca, recto o genitales de estos pacientes.
·
Si tiene que
administrar medicamentos a un VIH positivo a través de inyecciones,
extreme precauciones para no pincharse, ya que es una
posible vía de infección, pero no se deje dominar por el pánico si por error se
pincha porque hay un 99 por ciento de posibilidades de que no se infecte.
Lave cuidadosamente la zona del pinchazo con agua y jabón y acuda al médico
para que le aconseje sobre qué hacer.
·
Procure alejar
a las personas enfermas de la persona infectada. Cualquier enfermedad
leve y común, como un resfriado, puede perjudicar a un seropositivo. Si está
enfermo, emplee mascarillas que protejan al paciente de posibles contagios.
·
Tenga cuidado
con las mascotas. Tener un animal de compañía puede beneficiar
emocionalmente a una persona infectadas, sin embargo es preferible que evite
tocar sus heces, los lugares donde vive o los útiles donde come.
·
Mantenga la casa limpia. El polvo puede contener gérmenes patógenos para un
VIH positivo.
·
Una persona infectada
por el virus del sida puede cocinar sin peligro de
contagiar a nadie. Solo hay que incidir en la higiene. En
caso de que la persona que cocina tenga diarrea (sea VIH+ o no) no debe
cocinar, porque aparece causada por distintos gérmenes que pueden transmitirse
con la manipulación de los alimentos. Las personas no infectadas pueden
compartir con toda tranquilidad la vajilla con los seropositivos; los VIH+ no
necesitan vasos, platos o cubiertos separados, ni tampoco hay que lavarlos de
forma especial, únicamente, con agua caliente y detergente.
·
Procure que la habitación del
paciente se encuentre cerca del cuarto de baño.
Los pacientes con VIH/sida pueden vivir con su enfermedad durante mucho tiempo y hacer una vida completamente normal y seguir trabajando, siempre que cumplan las pautas aconsejadas por su médico, coman adecuadamente, duerman con regularidad y eviten el sedentarismo. Sin embargo, la posibilidad de transmisión, el carácter crónico de esta enfermedad y el complejo tratamiento, pueden hacer mella en el paciente y provocar frustración, rabia o depresión. Estas son algunas pautas que pueden observar las personas que conviven con un VIH positivo, para que no se sienta solo y sí algo más comprendido.
·
Respete su independencia
y privacidad.
·
No tome decisiones
por esa persona, ni haga todo por ella.
·
A nadie le gusta
sentirse inútil. Deje que le ayude en todo lo que pueda o quiera. Es importante
que dentro de la casa se sienta parte del grupo.
·
Charlen, conversen. Si quiere hablar de su enfermedad o de cómo se
siente ante ella, escúchelo, intente entederlo y apoyarlo. Invite amigos a que
lo visiten.
·
Fomente su sociabilidad. Salgan a cenar,
al cine o a dar un paseo por el parque.
·
El contacto físico
como un beso o cogerse de la mano es una forma de expresión, que adquiere
connotaciones especiales para una persona con una enfermedad contagiosa como el
sida.
·
Indague sobre qué
cosas le hacen sentir más cómodo en casa. Pregunte si quiere o necesita ayuda
en el aseo diario, por ejemplo, hay personas que sienten vergüenza al pedirla,
aunque la necesiten.
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