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Activos: garantizan la salida del material mediante un sistema de aspiración.
Los más
utilizados son:
- Drenaje
de gasa: Consiste en una tira de gasa o una gasa enrollada a modo de
cigarrillo cuyo extremo se coloca en una herida o un absceso y actúa
por capilaridad, facilitando el fluido de las secreciones. Suele
emplearse como un complemento de un tubo de drenaje, para aumentar su
efectividad.
- Drenaje
de Penrose: Comprende a un tubo de caucho, delgado y aplanado, que se
mantiene colapsado mientras no pasa líquido por su interior. Se trata de
un drenaje pasivo que se coloca a través de una abertura cutánea y
actúa por capilaridad, arrastrando los líquidos hacia el exterior. Se
coloca al finalizar la intervención quirúrgica, antes de cerrar la pared, a
través de una pequeña incisión practicada a tal efecto, y se asegura
mediante un punto de sutura. Las secreciones pasan a un apósito colocado
sobre la zona; también puede colocarse una bolsa de colostomía para recoger
las secreciones.
- Drenaje
en teja o tejadillo o Silastic: es un trozo de plástico flexible,
de forma ondulada. Actúa por capilaridad, como el anterior, y
también se asegura a la piel mediante un punto de sutura, colocándose
un imperdible de seguridad para impedir su penetración al interior.
- Drenaje
de Redón: se trata de un sistema de drenaje activo, aparición o
caída libre,constituido por un tubo flexible con un extremo en el que hay
múltiples perforaciones y que se coloca en la zona a drenar, y otro extremo
apto para adaptarse herméticamente a un tubo alargador conectado a un
recipiente de recolección donde previamente se practica el vacio. Este
mecanismo permite un drenaje constante, que puede regularse según sean las
necesidades de cada caso. Cuando en frasco de recolección se llena o pierde el
vacio, debe manipularse garantizando la esterilidad del sistema.
- Drenaje
de Kehr: es un tubo blando que tiene forma de T, utilizado en cirugía
biliar: los dos extremos cortos de la T se insertan en el colédoco y
el conducto hepático, y la vía más larga se saca por contraventura a través de
la pared abdominal. Asegura el paso de bilis al colédoco, y así evita que
se produzca un incremento de la presión en las vías biliares si
se produce alguna complicación postoperatoria; una parte de las
secreciones atraviesa el tubo en dirección al duodeno, mientras que
el resto sale al exterior. Este drenaje actúa por gravedad; se
conecta a un sistema de recolección cerrado y estéril, colocado por debajo
del nivel del enfermo, donde se recoge el líquido drenado.
- Drenaje
de Jackson Pratt: es un drenaje activo aspirativo. Es un catéter de
silicona blanca, aplastada al principio y circular al final y en su extremo
puede conectarse a vacío de baja presión tipo "pera" o a vacío tipo
Redón.
- Drenaje
de Saratoga: Consiste en un tubo multiperforado de silicona
o polivinilo con dos luces: la externa permite la entrada de aire y
la interna permite la conexión a un sistema de aspiración. Se usa en
grandes heridas infectadas, o cuando la cantidad a drenar es muy elevada.
Lleva un hilo radio-opaco que permite comprobar su colocación mediante una
radiografía.
- Drenaje
de Abramson: presenta tres luces: una para la entrada de aire, otra
que acoplamos al sistema de aspiración y una tercera que nos sirve para la
irrigación de la zona.
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